Cómo Empezó Todo
Todo comenzó en un pequeño despacho de Valladolid. Veía cómo las empresas industriales luchaban con análisis financieros complicados que no les daban respuestas claras. Los informes eran técnicos pero poco prácticos.
Decidí cambiar eso. En lugar de crear más informes densos, empecé a traducir los números en estrategias reales. Mi primer cliente era una fábrica textil que no entendía por qué sus márgenes se reducían cada trimestre.
Pasé semanas en su planta, viendo los procesos, hablando con operarios y revisando cada línea de gasto. El problema no estaba en los números - estaba en cómo interpretaban esos números para tomar decisiones operativas.